lunes, 5 de enero de 2009

Sin título, parte I.

No tomés esa cortada. Vos sabés que te hace mal. No lo podés evitar. ¡Sos de manual! Lo vas a hacer y tu nariz volverá a darse contra el muro de la desazón. Lo vas a hacer otra vez… Sos una marioneta. Tus dedos repiquetean, tamborilean, se salen de tu osamenta frustrada y corren frenéticos a tu cínico, ultrajante lecho… Allá donde vas a percibir una bruma emocionalmente agobiante, corporalmente devastadora. Y lo más dañino para tu intempestivo y reincidente ser… sus ojos… que, esta vez, para tu frágil y enclenque sentido de la previsión, te miran. Otra vez. Como la primera vez. Y te decís de vuelta, que no vas a caer. Pero te tira. Esa blancuzca mierda te atrae. Ya no entendés que es lo que te atrae más. Si sus ojos almendrados o esa mierda blancuzca. Y sabés que son excluyentes. Que con esos ojos cerca, esa nieve en polvo no tiene lugar. Y que con tu nariz chorreando no vas a poder volver a ver esos cuencos de miel.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

aguante la escritura...a veces se puede....Continuen asi....

Diego(sin apellido)

Anónimo dijo...

Lo que escribí me pareció horrendo y vulgar.

Anónimo dijo...

Sigan escribiendo, ahora que abrieron la puerta ( esa se la plagié a "Stephen")van a dejar salir muchas cosas buenas, seguro!!!

Se nos ocurrio que... dijo...

Gente, gracias.
Gracias de verdad, y de corazón.
Esperamos que disfruten este espacio, tanto como lo disfrutamos nosotr@s...
Gracias, en serio.
Saludos para tod@s