Edu no sabía cómo contarle a Mariano. La había conocido una semana antes, nada especial. Pero ella le había hablado, le había contado, más o menos, las razones por las que le cayó, de surprise, la noche anterior en su casa. Todo lo que le decía le repercutía más de lo que él estaba dispuesto a admitir. Tragaba saliva y se sentía bien escuchando. Escuchado. Se sentía mimado en las sienes, atrás de la piel, en el pecho, en la garganta. No le gustaba decirlo. Optó por omitirle esa parte de la historia a Mariano. Cuestión de tiempo (8:45, a las 10 a la oficina), minucias discursivas... orgullo: simplemente lo omitió. Pero lo pensó, revolviendo con la cuchara, mirando el remolino del cortado tibio lo pensó y lo formuló: encontró las palabras. Curioso: no recordó. Encontró otra forma de decir lo mismo pero, ¿puede ser -se preguntó-? Ella le dijo más o menos (muuy más o menos) lo mismo, pero lo que esa mañana se estaba armando Eduardo, eso que estaba armando para luego desarmarlo sin escribirlo ni decirlo nunca más a nadie más que a él mismo, eso, era lo que él sentía entonces. La empatía del destino. Esto es, más o menos, lo que Julián quería querer decir pero ya no podía ni quería, porque una mano suave ya se lo había sacado de la boca:
Vine hasta acá, rápido, porque sentía que el éxtasis se diluía y las palabras se me iban cayendo por la vereda... tenía miedo de llegar y ya no tener las fuerzas para abrir la boca y exhalar todo lo que ahora me llena la cabeza. Porque es algo demasiado fuerte, pero algo dueño de una fuerza centrífuga, como si fuera un pedazo de cascarón que, además de aferrarse al fondo de la botella, se coagula y opaca y logra que lo traslúcido de ayer sea, ya hoy, ilegible y que lo único visible sea solo una masa informe, inconstante, solo una bola de miedo a no saber qué decir cuando los demás no saben qué puden esperar escucharme. Y hoy estás y eso me llena de un alivio enorme. Porque sé que no estoy nadando en soledad en esta marea turbia de ideas-obstáculo que me llenan de falsos objetivos y satisfacciones vacías. Hoy estás y sé que no estoy soñando, sé que, por fin, todo lo que me rodeaba, como una escenografía barata para mantenerme a raya en la periferia de mi núcleo, hoy se derrumba con un soplido; y me da una enorme alegría saber que esa boca siempre estuvo ahí, siempre tuve el botón al alcance de mi dedo y vos sos esa prueba. Esta noche me acompañás y siento tu dedo en mi espalda y veo, por fin me decido a abrir los ojos y ver que un dedo era tan suficiente para romper ese cascarón, que no me atrevía ni a mirar, y a la vez estremecerme hasta que mis ojos dejen de sufrir un dolor oscuro y de cartón; un dolor producido no más que por la presión de mis párpados húmedos. Abrir los ojos para que se acostumbren a esta noche; a esta noche tan soleada, que tanto me aterraba ver.
Acompañame esta noche, por favor.
10 comentarios:
a la mierda...me agarraste de "sopeton" II...pero esta vez si lo esperaba, solo que no tan rapido. dale, "deale"...no desaproveche esta tormenta de inspiracion...vuelque en el pelpa todo lo que brota de adentro...(ahora no empiecen a asociar el pelpa con el faso ni otras sustosas venenancias)y yo humildemente tengo el privilegio de ser el primer GARGAJO (insisto, para mi quedaria mejor gorjeos, o gargaras...hasta gorgojos...pero gargajos, mmmmmmmm...
Los gargajos pueden ser salados.
Mmm, salado...
No tengo nada que aportar sobre el texto, simplemente disfruté de leerlo.
Gracias!
"sospecho que esta vez me toca a mi... pagar toda la puta fiesta...
un gato me cruzó, negro y puntual, y no lo pude esquivar...
no puede servirme en nada ganar todo el mundo así...
si pierdo mi alma nada va a estar bien!"
Oh, de nada. No sé a quién le decís, pero yo respondo igual.
ADhhuiasdog
Por el amor de Dios, sacá el captcha MSFSVUIHSVBK
El qué?!!?
La palabra de comprobaciòn esa del orto que te pide para comentar. Se llama captcha.
Done
YEAAAAAAAAAAH
Ese es mi primo carajo!!!!!!
Tiene la particularidad que con la escritura te va metiendo en el cuento, hasta parece que lo estas viendo ahí, en vivo.
Muy bien ... hasta te diría que lo que cuenta le pasó a él, y si no fue así, mas groso todavía.
Y si tía ... es un Santos ja ja ja ja.
El talento sigue en la familia jajajaja.
Los quiero mucho!!!!! gastón s.
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