Los segundos me resbalan por la sien y sigo frente a vos. Y te miro, y crece en mi estómago la amarga certeza de que te voy a dejar ir, que mi mano se va a debilitar poco a poco, como en los sueños, y tus dedos se van a escurrir despacio, pero sin vuelta atrás, de entre los míos y solo me van a quedar fuerzas para acariciarte las yemas antes que los oxidados engranajes terminen de alejarte definitivamente. El tiempo se disemina perverso en el aire, con la tranquilidad de saber como soy. Y estoy seguro de que estás esperando algo que no te puedo dar ahora, ya; y solo te dejo de souvenir un manojo de palabritas entrecortadas para que las desmenuces en el palier, en el ascensor y entonces el aire viciado de la ciudad te manosee mientras te preguntas cómo puedo ser tan tan... Y no creas que no lo sé. Pero no te puedo retener, nena. Se me van tus dedos, se me van... ahí llega el chau, como un pedido de tregua a esos ojos que parecen pedirme que no te pierda porque sí podes, vas a ver que sí... Sin embargo, respondés a mi banderita blanca bajando la mirada y esbozando una sonrisa tan grave que me desarma cada tarde, aguijonea mi garganta y no me deja dormir.
6 comentarios:
Ohhh, me trae recuerdos.... :(
Eze.. hace montón que no escribías así.. o por lo menos hace montón que yo no te leía así..
me encantó.. de veras.
Gracias por los comments!!
Hace un par de meses que la catarsis es el motor de todo lo que escribo!
Y gracias por las críticas implícitas a mis anteriores posteos :P. Eso me sirve mucho.
De nada, signore.
Estuve releyendo el blog y... mamita... la verdad que las cosas que escribí... horrendas...
Siempre pasa que a uno no le gusta, pero a los demás sí. Bah, al menos a mí me gusta.
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