miércoles, 28 de enero de 2009

Alabada


Ella es la reina. Soberana de todas las sensaciones, nos domina y dirige tanto en vigilia como en los sueños. Comanda los recuerdos, encendiéndolos y sofocándolos a su antojo. Nos coloca en estado de paz o nos eleva al extasis más preciado con la misma frialdad. Habla sin palabras, pronuncia silencios profundos y puede regalar instantes que se prolongan por toda la vida. Pero también es vanidosa, y capaz de crear recelos sin el más mínimo esfuerzo.
Y nosotros, presos de su encanto, jugamos su juego con un placer casi perverso. Nos producimos para ella, posamos, vendemos ilusiones, espejos de colores con los que pretendemos maquillar el viento. Hay quienes se alejan, quienes le huyen, pero hay quienes, adictos a su lujuria, le entregan su vida a cambio de la juventud eterna.
Ella es la mirada, dueña y señora.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ya te comenté el relato por mail. Buenisimo!
Muy ílustrativa la pic que pusiste :D